martes, 3 de mayo de 2016

Bendito ViñaRock

El ViñaRock. Qué maravilla de lugar, qué maravilla de experiencia. Ya he ido tres años y cada uno diferente. Ni mejor ni peor. Simplemente diferente. Diferentes grupos, gente diferente, sentimientos diferentes. Pero la mayor diferencia de este año has sido tú.

Suena muy peliculero, la verdad, pero cuando te vi por primera vez hará un año ya me llamaste la atención, aunque sólo hablara tres palabras contigo y te hiciera un dibujo días después. Por cierto, ¿sabes que sólo dibujo a las chicas que me gustan? No sé, es una manía que tengo. Como que me inspiran, ¿sabes?

Total, que al saber que ya no tenías pareja no dudé un instante en hablar contigo e intentar algo, aunque sólo fuese robarte un simple beso. Sólo porque me gustabas físicamente, ya que, como digo, apenas habia cruzado unas pocas frases contigo.

Comenzamos a hablar, y si bien es cierto que los dos no estábamos en nuestras mejores condiciones para mantener una conversación serena, recuerdo que enseguida me transmitiste una confianza casi absoluta y te fuiste abriendo un hueco en mi interior, poco a poco, entrando de puntillas, para no despertarme.

Cuando pasamos a un plano más físico no me esperaba para nada con lo que me encontré. Y no hablo de nada tangible, aunque sólo con el roce de tu piel me hicieras volar. Hablo de esa falta de vergüenza por parte de los dos, ese grado de confianza que muy pocas personas han sabido ganarse y que en esta ocasión vino sola. Fue esa confianza la que lo hizo tan especial. No sé como plasmar con palabras todos los sentimientos que me evocan al recordar esa noche, eso te lo dejo a ti. Contigo me siento en casa, sin presiones, sin querer impresionarte, y sin esa maldita sombra que a veces nos susurra al oido "No hagas esto, que vas a quedar en ridículo". Porque esa noche hiciste callar a esa voz y me diste libertad.

Pero claro, el festival se acaba, y cada uno tiene que volver a su casa de siempre, a su vida rutinaria de siempre. Y vives tan lejos, niña, que duele. Pero cada día me encantas más. De verdad que ojalá estuvieras más cerca.

Además, según dices, este ha sido tu último Viña, y eso significa que puede que no te vuelva a ver nunca, y eso no me lo puedo permitir. Me conozco, y sé que todo esto que he dicho ahora puede ser fruto de mi estado de euforia actual hacia ti,  y que dentro de unos días lo vea todo más objetivamente y me olvide de todo lo que siento y quiero ahora. Pero, ¿y si no es así? ¿Y si seguimos hablando día tras día y la imposibiliad de verte, tocarte y escucharte se me antoja cada vez más imposible? Eso me comería por dentro. Sé que todo son hipótesis, que puede pasar algo de esto o algo que no imaginemos. Eso sólo el tiempo lo sabe. Pero vamos a ayudar al destino a que nos junte otra vez, ¿no te parece?

No sé si llegarás nunca a leer esto. La verdad es que ahora mismo no tengo la fuerza para enseñartelo por lo que puedas pensar. Por si tú no sientes lo mismo. Pero tenía que soltarlo. Y aquí está.

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