viernes, 16 de noviembre de 2012

No es la carta más bonita, pero es sincera.

Ultimamente le he estado dando vueltas. ¿Cómo me siento? ¿Cómo ha cambiado mi vida de un tiempo a esta parte? ¿Te sigo queriendo? ¿Qué pasaría si volviésemos a encontrarnos?

Bien, primero quería explicarte por qué te he eliminado de las redes sociales. Es simplemente por salud emocional. Porque yo me paso muchas horas delante del ordenador, y siempre tengo esa tentación de entrar en tu perfil, ver comentarios, fotos, etc. Sé que no hay nada compremetedor por ahora, pero soy consciente de que es posible que lo haya en un futuro, y quiero evitar tropezar con eso. Puedes llamarme cobarde, pero yo lo que hago es evitar sufrimiento.
Eso no tiene nada que ver contigo, es decir, yo te sigo queriendo (quizás de una forma diferente, aún no está del todo claro, pero te quiero, al fin y al cabo) y quiero que disfrutes de tu vida, que no sufras por nada ni por nadie. En definitiva, que seas feliz. Es más, si algún día nos cruzamos o nos encontramos en un lugar, yo hablaré contigo tranquilamente, igual que lo haría con un amigo que no veo desde hace tiempo, porque no tengo nada en tu contra. Como ya he dicho, lo que he hecho ha sido por evitar sufrimientos.

¿Sabes qué pasa? Yo tengo un problema. Y es que siempre creo que las cosas siguen igual que en el último momento en que he sido consciente de ellas. Me explico. Me baso en experiencias anteriores. Pienso involuntariamente que tú ahora mismo estás haciendo tu vida y que, como es normal, aparecen nuevas personas en tu vida, nuevos chicos. Pero tú no eres capaz de mantener una relación (ni relación, ni sexo; ni siquiera besarle) porque en el fondo me sigues queriendo. Y me digo: "Tú espera el tiempo que sea necesario, que algún día ella volverá como ha hecho tantas otras veces"". Y poco  poco me doy cuenta de que eso no es así.

Cuando rompimos la relación yo pensaba que sería un "Hasta luego" y de repente me doy cuenta de que es un "Hasta siempre".

Y eso duele. Aunque, si quieres que te sea sincero, si tú ahora mismo quisieras volver conmigo, yo diría que no. Porque sería un paso atrás. He cambiado mucho en estos meses a raíz de todo lo sucedido (tanto contigo como con temas familiares). Me doy cuenta de que soy mucho más responsable, más maduro (aunque siempre tendré esa parte infantil). Una de las pruebas de esto, son los estudios.

También me he dado cuenta de que muchas veces tú no has sido mi compañera de camino, sino mi burra de carga (con perdón de la expresión). Cuando yo te pedía ayuda, en realidad volcaba en ti mis preocupaciones y me deshacía de ellas. Y te juro que ahora mismo lo siento en el alma. No te merecías eso.

Quizás por eso ahora me vaya tan bien. Ya no tengo ese cajón oscuro donde meter mis penas y mis problemas. estoy sólo ante el mundo. Si me viene un problema, tengo que ser yo el que lo gestione, porque ya no hay nadie velando por mi.

En definitiva, he terminado el capítulo de Berto y Nere, cosa que me apena si echo páginas atrás; pero ahora empieza un capítulo nuevo: Berto contra el mundo. Y te prometo, ahora que estoy empezando a vivirlo, que va a ser una historia extraordinaria.