lunes, 18 de noviembre de 2013

Carpe Diem



“Si un día me apetece emborracharme a saco, no lo pienso. Lo hago porque puedo y ya está. Carpe diem.”


Carpe diem mis cojones. No tienes ni puta idea de lo que es eso. Has cogido un concepto precioso y muy valioso y lo has moldeado mientras te lo pasabas por el arco del triunfo. Carpe Diem no es <>. Carpe Diem es todo lo contrario.

Carpe diem significa que cada segundo de tu vida es irrepetible, jamás va a ocurrir de nuevo, así que empápate de este momento. Cuando estés en un concierto no pienses en que mañana hay que comprar el pan, disfruta de ese concierto. Si te dan un tortazo siente ese dolor y aprende de él.

Claro, aprovechar las partes buenas y felices de la vida es fácil. Estás en tu salsa, no puedes estar más feliz, ¿cómo no voy a aprovecharlo? Pero vive también las malas y, sobre todo, aprende de este tipo de vivencias. Si tropiezas y caes, levántate. La próxima vez que vayas por un camino parecido atento al suelo, porque caíste la primera vez. Yo soy el resultado de todas mis decisiones.

Cada acto tiene una consecuencia. Te puedes cortar la pierna porque te apetece y porque tienes un cuchillo, pero te va a doler. Es inevitable. “Claro, es que no lo pensé. Vi que podía rajarme y ahora mira.” Pues jódete.

Con el ejemplo del cuchillo se ve fácil, porque la consecuencia es inmediata, pero a lo que me refiero es a otro tipo de ocasiones en las que no pensamos el resultado de nuestras decisiones. ¿De qué me sirve pillarme la del siglo si al mes siguiente tengo una cirrosis para irme a la tumba?
Las ocasiones en las que menos se piensa en las consecuencias últimamente siempre son del mismo tipo. “Mi novi@ no está aquí, me lio con otr@ hoy porque me apetece y ya veremos mañana”. Eres gilipollas, así de claro.

Personalmente yo pienso que si estás en una relación con alguien (llevéis el tiempo que sea, me da igual si desde ayer o si lleváis 10 años) debe haber una confianza y un respeto que no se puede romper. No es que no te puedas besarte con alguien porque tienes pareja. Es que tienes pareja porque no te hace falta nadie más que no sea esa persona. Y si no es así, tienes un problema.

“Me lio contigo, pero tengo novi@. Le quiero mucho y voy a seguir con él/ella.” Que no te siente mal, pero me rio en tu cara y te escupo en ella porque el suelo tiene más dignidad que tú. Plantéate esa relación, porque hay fugas muy gordas que si no saltas ya del barco, morirás ahogad@. Y si aún así piensas igual, no estás siendo honesta contigo, y suele ser por miedo. Pero ahí ya entramos en otro tema que ya ahondaremos en futuros escritos.

Lo que quiero decir con todo esto es que hay que ser honesto con uno mismo, no cerrar los ojos, porque cada vez que lo haces el mundo no se para contigo, sino que sigue existiendo. Mientras tú te encierras en ti y no miras alrededor hay gente que ríe, gente que llora, que se pega con su hermano, que grita, que observa en silencio, que goza en un orgasmo, que nace y que se está muriendo. Pero incluso ésta última está más viva que tú.


martes, 21 de mayo de 2013

Hoy toca soñar.

Ha pasado tiempo. Mucho tiempo. Dicen que el tiempo lo cura todo. Y en parte es verdad. Pero también depende de ti. De si te quedas quieto o aprovechas cada momento para... Para vivir. La vida no es fácil. Bueno, la vida es bastante fácil, pero siempre pueden ocurrir cosas que tú no controlas y venirse todo abajo. Pero cada derrumbamiento es una oportunidad para construir algo mejor.

Sí, esto lo escribo por ti. Hacía mucho que no sabía nada de ti. Y la verdad, no me han gustado nada las circunstancias por las que he tenido que hacerlo. Pero, aun así, esto me ha servido para darme cuenta de algo. Ya está. Me explico.

Ahora yo ya hago mi vida. No me importa demasiado qué es lo que haces, dónde estás o si sales con alguien. Ya no me duele. Pero me preocupo por ti si sé que te pasa algo grave. Y cuando hablé contigo sentí cosas. Cosas buenas. Me di cuenta de que te tengo muchisimo cariño, que es normal. Contigo he vivido casi... 5 años. Pero ya no te quiero. El amor ha pasado a cariño. Y me siento bien. Al principio fue duro volver a andar sólo. Pero me gusta. Al principio tenía miedo de perderte, de no volver a saber nada de ti. Ahora no es que me dé igual, pero no tengo miedo. Sé que es algo que puede pasar y, la verdad, no me importa demasiado. El vacio que deja el que se va siempre se rellena con otra cosa. Parece muy fácil y muy bonito. Pero, créeme, es así.

Si pudiera elegir el tipo de relación que podría tener contigo sería esta: Tal y como estamos ahora (cada uno haciendo su vida y tal), pero sabiendo el uno del otro. Tener confianza el uno en el otro. Sé que es difícil, pero no imposible. Poder quedar de vez en cuando y contarnos cosas acompañados por un café y buena música. Cómo nos va en la vida, qué cosas hacemos, con qué gente salimos y si salimos con alguien. Y así darnos cuenta de que podemos ser amigos. Muy buenos amigos. Quizá un día terminemos cada uno con su pareja, quedando los cuatro y siendo todos amigos. O quiza no.

Da igual. A fin y al cabo, hoy tocaba soñar.