martes, 21 de mayo de 2013

Hoy toca soñar.

Ha pasado tiempo. Mucho tiempo. Dicen que el tiempo lo cura todo. Y en parte es verdad. Pero también depende de ti. De si te quedas quieto o aprovechas cada momento para... Para vivir. La vida no es fácil. Bueno, la vida es bastante fácil, pero siempre pueden ocurrir cosas que tú no controlas y venirse todo abajo. Pero cada derrumbamiento es una oportunidad para construir algo mejor.

Sí, esto lo escribo por ti. Hacía mucho que no sabía nada de ti. Y la verdad, no me han gustado nada las circunstancias por las que he tenido que hacerlo. Pero, aun así, esto me ha servido para darme cuenta de algo. Ya está. Me explico.

Ahora yo ya hago mi vida. No me importa demasiado qué es lo que haces, dónde estás o si sales con alguien. Ya no me duele. Pero me preocupo por ti si sé que te pasa algo grave. Y cuando hablé contigo sentí cosas. Cosas buenas. Me di cuenta de que te tengo muchisimo cariño, que es normal. Contigo he vivido casi... 5 años. Pero ya no te quiero. El amor ha pasado a cariño. Y me siento bien. Al principio fue duro volver a andar sólo. Pero me gusta. Al principio tenía miedo de perderte, de no volver a saber nada de ti. Ahora no es que me dé igual, pero no tengo miedo. Sé que es algo que puede pasar y, la verdad, no me importa demasiado. El vacio que deja el que se va siempre se rellena con otra cosa. Parece muy fácil y muy bonito. Pero, créeme, es así.

Si pudiera elegir el tipo de relación que podría tener contigo sería esta: Tal y como estamos ahora (cada uno haciendo su vida y tal), pero sabiendo el uno del otro. Tener confianza el uno en el otro. Sé que es difícil, pero no imposible. Poder quedar de vez en cuando y contarnos cosas acompañados por un café y buena música. Cómo nos va en la vida, qué cosas hacemos, con qué gente salimos y si salimos con alguien. Y así darnos cuenta de que podemos ser amigos. Muy buenos amigos. Quizá un día terminemos cada uno con su pareja, quedando los cuatro y siendo todos amigos. O quiza no.

Da igual. A fin y al cabo, hoy tocaba soñar.