Hoy me siento libre. He decidido vivir este día dejándome llevar por los sentimientos y sensaciones que me iban surgiendo a cada momento y he descubierto que soy feliz. No importa si las cosas van como quieres o no, lo importante es disfrutar de la vida.
Desde hace unos meses estaba confuso, en la cabeza tenia muchas contradicciones y no disfrutaba de la vida. Ése era mi fallo. Por eso os doy las gracias a todos vosotros, que me habéis devuelto las ganas de seguir adelante. A todos los que compartís vuestra vida con la mía. A vosotros, que me conocéis mejor que yo mismo. A los que comparte penas y alegrías, a los que me hacéis sentirme importante y especial, sin vosotros no sería el mismo. Gracias, de verdad.
Me he dado cuenta que no vale de nada el rencor ni la rabia. Hay que sentirla, porque forma parte de la vida, pero no hay que estancarse ni dejarse devorar por ella, hay que seguir caminando, explorar otros caminos, conocer gente nueva, dejarse ilusionar por los pequeños detalles que nos deja la vida. Porque sólo cuando he dejado a un lado todo el rencor, la rabia y el odio he conseguido seguir adelante y ser feliz.
Como dijo uno de nosotros hace poco, nuestras trayectorias se separan, unos se van, otros se quedan, pero está claro que todos empezamos una nueva vida. Gracias otra vez por haberla vivido conmigo. Aunque os vayáis siempre me acordaré de vosotros, de los buenos y los malos momentos. Pero seguro que nos quedan muchas experiencias por vivir. Espero que las compartáis, como habéis hecho hasta ahora.
